Definición: Resentimiento es un disgusto o una pena
causados por algo que se considera una falta de afecto o una desconsideración.
Rencor es un sentimiento de enojo o de aversión por algo pasado, que puede
convertirse en odio, antipatía o deseo de venganza. Una persona resentida puede
mostrarse despiadada o implacable. El resentimiento a veces viene a
consecuencia de algo difícil de aceptar.
1. La Palabra de Dios nos advierte contra los peligros del
resentimiento y el rencor.
- Proverbios 18:19 [Cuando
guardamos rencor a alguien, levantamos un muro difícil de derribar que nos
aísla de los demás.] El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad
fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
- Hechos 8:22-23 [El
resentimiento es un pecado del que debemos arrepentirnos.] Arrepiéntete,
pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón;
- 23 porque en hiel
de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
- Colosenses 3:19 Maridos, amad a
vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
- Hebreos 12:15 [Debemos evitar
guardar rencor, porque hasta una pequeña raíz de resentimiento puede hacer
mucho daño a nosotros y a los demás.] Mirad bien, no sea que alguno deje
de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados. [V. también
- Deuteronomio
29:18.]
- Santiago 3:14 Si tenéis celos
amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra
la verdad.
2. No guardemos rencor; alberguemos más bien amor, amabilidad y
perdón.
- Levítico 19:18 No te vengarás,
ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Yo el Señor.
- Proverbios 17:9 [Con amor se
puede superar el resentimiento. Sin embargo, tengamos cuidado para no
abrir viejas heridas en los demás. Lo mejor es perdonar y olvidar.] El que
cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al [buen]
amigo. [V. también Proverbios 10:12.]
- Mateo 6:14-15 Si perdonáis a
los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre
celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
- Mateo 18:23-35 [En la parábola
de los dos deudores, Jesús dejó claro que, si nos negamos a perdonar
sinceramente a los hermanos, sabiendo que Él ha tenido misericordia de
nosotros y nos perdonó nuestros pecados, pagaremos las consecuencias.] 35 Así
también Mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo
corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
- Romanos 2:1-6 [Un espíritu
crítico, farisaico e hipócrita puede llevarnos a guardar rencor. Aunque
pensemos que tenemos buenos motivos para albergar esos sentimientos, al
final Dios nos juzgará también a nosotros.] Eres inexcusable, oh hombre,
quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te
condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas
sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es
según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que
juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio
de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de Su
benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que Su benignidad te guía
al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu
corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira [es decir, nos
acarreamos un castigo terrible] para el día de la ira y de la revelación
del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno
conforme a sus obras.
- Efesios 4:31,32 Quítense de
vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo.
- 1 Pedro 4:8 [Aunque alguien
nos haya perjudicado o tratado mal, el amor de Dios perdona a los que nos
agraviaron.] Ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el
amor cubrirá multitud de pecados.
3. Si interiormente abrigamos resentimiento, a la larga se manifestará
por nuestra boca y expresaremos quejas.
- Job 6:2-3 [Job se queja a
sus amigos:] ¡Oh, que pesasen justamente mi queja y mi tormento, y se
alzasen igualmente en balanza!
- 3 Porque pesarían
ahora más que la arena del mar; por eso mis palabras han sido
precipitadas. [V. también Job 7:11.]
- Job 10:1 [Job añadió:]
Está mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja, hablaré con
amargura de mi alma. [V. también Job 16:6-16.]
- Job 23:1-4 [Job se preciaba
de ser bueno: ello lo llevó a resentirse contra Dios, por creerse más
justo que Él.] Respondió Job, y dijo:
- 2 Hoy también
hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido. 3 ¡Quién
me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta Su silla. 4Expondría
mi causa delante de Él, y llenaría mi boca de argumentos.
- Mateo 12:34b De la abundancia
del corazón habla la boca.
- [V. también
Mateo 15:11,18,19.]
- Romanos 3:14 Su boca está
llena de maldición y de amargura.
4. El Señor y Su amor pueden librarnos del pecado del rencor.
Veamos a continuación ejemplos de tres personas que superaron el resentimiento
y de una que no lo hizo:
- Génesis 45:3-15 [Si alguna vez
alguien tuvo motivos para estar resentido, esa persona fue José. Sus
hermanos lo despreciaron. En un acto brutal lo vendieron como esclavo y
mintieron a su padre al decirle que lo había matado un animal. Pasó un
tiempo en la cárcel por habérsele acusado injustamente de violación. Allí
permaneció dos años más, porque el jefe de los coperos olvidó su promesa
de ponerlo en libertad. Pese a todo ello, José se reconcilió con sus
hermanos:] Dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y
sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de
él. 4 Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos
ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano,
el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora, pues, no os
entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación
de vida me envió Dios delante de vosotros. 6 Pues ya ha
habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años
en los cuales ni habrá arada ni siega. 7 Y Dios me
envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y
para daros vida por medio de gran liberación. 8 Así,
pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre
de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra
de Egipto. […] 10 Habitarás en la tierra de Gosén, y
estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados
y tus vacas, y todo lo que tienes. 11 Y allí te
alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de
pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes. […] 15 Y
besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos
hablaron con él.
- 1 Samuel
1:10,15,17-18 [Ana, futura madre de Samuel, era
provocada cada año por Penina, segunda esposa de su marido Elcana. Penina
tenía hijos y procuraba que Ana se sintiera mal por no tenerlos. Luego de
años de humillación y menosprecio, Ana se resintió, no comía bien y llegó
a pensar que, en cierta medida, el Señor no la bendecía. Cuando rogó con
toda el alma y confesó abiertamente su pena tanto al Señor como al
sacerdote Elí, obtuvo una gran victoria. Primero obró por fe y luego el
Señor la bendijo.] Ella con amargura de alma oró al Señor, y lloró
abundantemente. […] 15 [Elí, al ver sollozar a Ana,
pensó que estaba ebria:] Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo
soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que
he derramado mi alma delante del Señor. […] [Ella explicó que acababa de
pedir a Dios que le diera un hijo.] 17 Elí respondió
y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has
hecho. 18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante
de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más
triste. [Con fe, Ana dejó el resentimiento y encomendó su situación al
Señor. Luego volvió con su familia, ya sin el agobio de la tristeza y pudo
comer bien. Más tarde Dios la bendijo, no sólo dándole a Samuel, sino
también tres hijos y dos hijas más.]
- Isaías 38:10-17 [El rey Ezequías
se resintió al sufrir una enfermedad que estuvo a punto de costarle la
vida. En sus peores momentos, pensó que el Señor se lo llevaría. Sin
embargo, suplicó a Dios con lágrimas y a la larga Él lo curó y lo sacó
adelante victorioso.] Yo dije: A la mitad de mis días iré a las puertas
del Seol; privado soy del resto de mis años. 11 Dije:
No veré al Señor, al Señor en la tierra de los vivientes; ya no veré más
hombre con los moradores del mundo.12 Mi morada ha sido
movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como tejedor corté mi
vida; me cortará con la enfermedad; me consumirás entre el día y la noche. 13 Contaba
yo hasta la mañana. Como un león molió todos mis huesos; de la mañana a la
noche me acabarás. 14 Como la grulla y como la
golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en alto mis ojos.
Señor, violencia padezco; fortaléceme. 15 ¿Qué diré?
El que me lo dijo, él mismo lo ha hecho. Andaré humildemente todos mis
años, a causa de aquella amargura de mi alma. 16 Oh
Señor, por todas estas cosas los hombres vivirán, y en todas ellas está la
vida de mi espíritu; [luego Ezequías empieza a manifestar fe con sus
palabras:] pues Tú me restablecerás, y harás que viva. 17 He
aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a Ti agradó librar mi
vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras Tus espaldas todos mis
pecados.
- 2 Samuel
13:22,28-29 [Absalón, hijo del rey David,
tenía una hermana llamada Tamar que fue violada por su medio hermano
Amnón. Durante dos años fue aumentando el rencor de Absalón hacia Amnón
hasta que terminó por asesinarlo.] Absalón no habló con Amnón ni malo ni
bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había
forzado a Tamar su hermana. […] 28 Y Absalón había
dado orden a sus criados, diciendo: Os ruego que miréis cuando el corazón
de Amnón esté alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amnón, entonces
matadle, y no temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed
valientes. 29 Y los criados de Absalón hicieron con
Amnón como Absalón les había mandado. Entonces se levantaron todos los
hijos del rey, y montaron cada uno en su mula, y huyeron.
5. El rencor tiene sus raíces en la ira y en una actitud
implacable que se niega a perdonar. Los siguientes versículos presentan
soluciones y formas de evitar el rencor.
- Proverbios 27:7 [Si estamos
deseosos de que el Señor nos enseñe Sus caminos, pensaremos que no hay mal
que por bien no venga, incluso en el caso de las experiencias amargas.] El
hombre saciado desprecia el panal de miel; pero al hambriento todo lo
amargo es dulce.
- Mateo 5:23-24 Si traes tu
ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra
ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y
anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu
ofrenda.
- Marcos 11:25 Cuando estéis
orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro
Padre que está en los Cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
- Romanos 8:28 [El
resentimiento también puede ser una reacción a algo que resulta difícil de
aceptar. Así pues, es importante recordar que el Señor tiene un buen
propósito en todo lo que permite que nos suceda.] Sabemos que a
los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a Su propósito son llamados.
- Romanos 12:2 [Con frecuencia,
la Palabra de Dios enseña que debemos renovar nuestro entendimiento. Para
ello es necesario olvidar lo pasado, en particular los agravios y
rencores.] No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de
la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. [V. también Efesios 4:23.]
- Efesios 4:26b,27 [Irnos
enojados a la cama da lugar a que el Diablo actúe.] No se ponga el sol
sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al Diablo.
- Filipenses
3:13,14 [El
resentimiento también puede resultar de guardar enojo contra alguien o por
algo que sucedió. El Señor, sin embargo, nos exhorta aolvidarnos del
pasado.] Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una
cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús.
- Colosenses 3:13 Soportándoos
unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra
otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
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